Bébédjia, 20 de febrero de 2025
Cuando la Piel Habla
La piel de los chadianos habla, y todavía no he visto un tatuaje.
Una sola cicatriz lineal relata una historia familiar, nos habla de un rito,de una enfermedad actual o pasada o, simplemente, del dolor.
Habla y nos cuenta que esas dos marcas en las mejillas que luce Alice, la madre de Augustine, no son más que el capricho de un padre o una madre. No responden (al contrario de lo que yo pensaba) al orden de nacimiento, sino más bien al momento y lugar en el que naciste (es más probable que te marquen si naciste en un village), y lo que les pareció en ese momento a tus padres o al curandero de turno. Hay familias que marcan a sus hijos nada más nacer y otros que esperan unos años.
En algunos casos las escarificaciones buscarán que el hijo conecte con tus antepasados o que, simplemente, no pueda olvidar sus orígenes.
- Pero¿Por qué a algunos hijos sí y a otros no?
- Eso no se pregunta - me contesta la siempre educada Pélagie. - Lo decidieron tus padres, ellos tendrían sus razones en ese momento-.
En otros casos la escarificación es una lección. La vida es así. Duele. Y la debes aceptar como aceptas estos cortes.
Pero también hay cicatrices que tan solo pretenden embellecer el rostro de quien las padece.
Pelagie aborrece sus cuatro cicatrices. Siempre pregunta si en Europa hay algo para borrarlas. Aquí ha probado todo tipo de cremas, sin éxito (obvio). A Alice tampoco le gustan. Por eso ninguno de sus hijos las tiene. Y digo hijos pero en realidad las podemos observar con mucha más frecuencia en mujeres. Salvo que se trate de los Bororós. Para estos nómadas, que pertenecen a un subgrupo étnico de los Fulani, las escarificaciones embellecen, y hablan de la historia de la familia, de fertilidad o de batallas ganadas. En ocasiones las mujeres lucen todo el abdomen escarificado como si de un entramado de esparto se tratara. Se supone que esto muestra la fortaleza de la mujer, fortaleza que sin duda debió demostrar mientras el artista de turno le sajaba la piel.
La piel habla también de ritos.
Las escarificaciones, cuando son largas y descienden desde la zona alta del pómulo a la mandíbula, hablan de rituales de iniciación. Esta iniciación es diferente para ellos y para ellas (cómo no). A los varones se les realiza la circuncisión, mientras que a las mujeres, se las mutila. Esta iniciación es siempre grupal, aunque nunca mixta. No hay consenso en cuanto a la edad a realizar ambas, así que cuando en un pueblo ya han reunido a unos cuantos jóvenes del mismo sexo no iniciados, se forma el grupo. Lo de que sea grupal añade un elemento de terror a la ya de por sí terrorífica práctica. ¿Por qué? Pues porque no solo no se utiliza ninguna medida de asepsia y antisepsia sino que todo se realiza con la misma cuchilla. Nada de limpiarla, y no hablemos de cambiarla. Eso empobrecería el ritual. La transmisión de enfermedades infecciosas está a la orden del día.
Me cuenta Pelagie que inicialmente era una práctica de árabes musulmanes, pero que se extendió a las etnias del sur progresivamente.
¿Quién decide que una niña debe ser mutilada? Ataos los machos. La tía paterna es quien dispone del futuro de su sobrina. Por encima de la madre.
Aunque parece que cada vez hay menos mutilaciones genitales (por lo que se ve en la maternidad y en la pediatría), es imposible valorar en qué proporción se realiza, ya que la mayor parte de la población rural no acudirá a un hospital en su vida. Además, hay maridos que jamás aceptarán a una mujer no mutilada así que, aunque esta práctica esté prohibida por ley, quedan padres que mandarán a sus hijas a escondidas a algún pueblo para que se lleve acabo la sucia cirugía.
En el pasado, si te sometían a dichos rituales, debías marcar tu cara. En la actualidad es opcional, así que visualmente tampoco hay pistas. Pero cuando veo una mujer con esas malditas cicatrices, la rabia y la tristeza se transforman, en mi interior, en un síntoma físico muy, muy desagradable.
Por último, la piel a veces habla más claramente que la voz, y eso nos es de gran ayuda a los sanitarios que no conocemos ni el árabe ni ninguno de los cientos de dialectos que se hablan en Chad.
Las anamnesis en este país son pura fantasía, tanto por el tema temporal (la mayoría de los pacientes no sabe ni en que año nació ni en qué año vive)como por la complejidad y secuencia de aparición de los síntomas. Todo cambia de un segundo a otro. Puedes tener una historia y la contraria en la misma entrevista. Pues bien, nada como levantar la camiseta para ver donde tiene el menda las escarificaciones. ¿A saco en la zona lumbar? Lumbalgia crónica si las cicatrices no parecen recientes. ¿Que además tiene escarificaciones en la pierna?: lumbociática. Y así en cualquier parte del body. Dolor abdominal, tos, dolor postraumático o de garganta. Dónde ves la pequeña marca de unos 5 mm de longitud, ahí está el meollo. Y esto, que parece un chiste cuando lo cuento, tiene poca gracia cuando lo que te traen es a un bebé con cólicos del lactante. Neonatos que llegan con cortes longitudinales que viajan desde el borde inferior de las costillas hasta la zona púbica. Uno, dos, tres, cuatro, cinco cortes. Los que quepan. Algunas todavía en fase costrosa. Su pretensión es que el niño deje de llorar. El resultado: más dolor, infecciones (recordemos: sajados con LA cuchilla del curandero, con solera) y, en muchas ocasiones, muerte del bebé. No teorizo. No invento. He visto.
La piel habla bonito según los cánones de belleza de las etnias, pero casi siempre habla de dramas y de un analfabetismo que lleva a la gente a buscar la aceptación social, el consuelo o la sanación en el lugar equivocado.
Buenas noches, queridos.