Diez de una noche chadiana, de oscuridad infinita y perenne . Como la mayoría de los días nos acercamos al pabellón de pediatría a ofrecer las sobras de nuestra cena de cooperantes a los enfermeros del hospital St.Joseph para que la distribuyan entre los niños más desfavorecidos. Arroz y pollo, manjar de dioses para quienes normalmente comen monótonos y repetitivos pures de cereales de horrible aspecto , mejunges nada apetecibles y servidos en recipientes metálicos oxidados.
En las habitaciones de seis u ocho camastros duermen bajo la protección de mosquiteras los niños enfermos , malnutridos o anémicos., casi siempre con uno de sus padres agotado y derrotado, intentando acomodar la cabeza a los pies de su hijo.
Al fondo , un pequeño cuarto con algo de luz. Es el cuarto de cuidados y de urgencias de la pediatria. Allí se ubican a los niños más enfermos o con procesos agudos. Gracias a una reforma propiciada por EnganCHADos , esta sala tiene unas ventanas para que los enfermeros puedan vigilad a los pequeños desde su control. No hay médicos de guardia....sólo la labor de un grupo de habilidosos profesionales de la enfermeria velando por la vida de los más débiles. ..
Cuando llegamos a esta sala se encontraban en ella tres pequeños, moribundos, jadeando, buscando en cada inspiración oxigeno donde no lo hay . Sus corazones latiendo muy deprisa para poder compensar la ánemia de sus arterias.
Pequeñitos, desnutridos y frágiles.. Al lado, sus padres, cayados , con mirada perdida, agotada, sabedores y conocedores de que la muerte, ronda, como muchas otras veces antes...
Casi todas las familias han perdido hijos y están casi acostumbrados a la tragedia repetida generación tras generación.
La penumbra , el calor , los olores dulzones, todo, hace que por mi cabeza pase la idea de asomarme al "Limbo".
A ese lugar en la nada , donde se decide entre la vida y la muerte....
En este limbo , la partida acostumbra a ganarla la muerte. Tiene todo a su favor: desnutrición, anemia, paludismo y tuberculosis juegan a su favor.
Al otro lado, un atisbo de esperanza. Dos enfermeros alumbradose con unas linternitas mientras canalizan vias en sus brazos diminutos para aplicarles medicación, gafas nasales administrando oxigeno de unos concentradores llevados desde España. Monitores gritando con sus parametros lo grave de la situacion de los niños. Botes de suero llorando su liquido vital en las venas de los pequeños Pero hay esperanza . Cada vez son más las veces que la vida se enrrabieta y decide plantar cara a la muerte y al amanecer , vemos a esos niños vivis, sonrientes, en brazos de sus padres fuera de ese limbo de incertidumbre.
Hacen falta más medios , sobre todo materiales: luz, sangre, oxigeno, medicación pero tambien educación a los familiares para que acudan al hospital antes de que sea demasiado tarde.
¡ Ojala que dentro de poco tiempo ese limbo posea luz las veinticuatro horas del día! ¡Ojala que cuente oxigenoterapia adecuada, que funcione un banco de sangre y no haya falta de medicamentos!.
Para ello solo hace falta algo tan sencillo como es....DINERO
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