Madrid, 28 de enero de 2024
Querido papá, seguimos que queda mucho viaje.
Javi y yo embarcaremos a las 6 de la mañana vía Paris y allí nos juntaremos con los dos farmacéuticos voluntarios del Alto que coincidirán con nosotros. Son de León. Buena gente seguro.
Paris-NDjamena se hace un poco pesado pero lo peor es la llegada con la policía de aduanas mirándonos con cara de pocos amigos mientras hurgan las maletas en busca de algún motivo para dejarlas retenidas allí. No te pongas nervioso. Dejaré ropa interior a la vista (disuasoria siempre) y sacaré el comodín de la antena diplomática como el año pasado.
Una vez salgamos del hospital, iremos al centro de acogida de Kabalaye (sitio austero pero limpio, disfruta esa noche porque es el lugar más lujoso donde nos vamos a alojar este mes). La cinta aislante es para los agujeros de las mosquiteras. Y no. Los bichos de gran envergadura que vuelan en el patio no son aves exóticas. Son murciélagos.
Al día siguiente iniciaremos el viaje en la Toyota por carretera/camino/pista hacia Bébédjia. Vamos apiñados pero atados, no te preocupes. Y tú no ocupas lugar. Ni sudas. Eres el compañero ideal. Como vamos 5 contando con el conductor yo no tendré que compartir asiento delantero con nadie este viaje, que ir como una amazona mirando hacia la derecha o izquierda 12 horas te deja los piramidales y las lumbares on fire.
La música que suena es la favorita de Jean Paul, música tradicional chadiana. No. No luches contra ella. Son doce horas de melodía monótona que deberás dejar que entre y salga de tu sistema auditivo rápidamente, como los pensamientos que debes dejar que fluyan cuando meditas. Te acostumbrarás.
Yo siempre tomo stugeron para no marearme al entrar y salir de los cráteres de tierra, pero tú supongo que eso lo tendrás dominado. Mejor cierra los ojos durante el viaje para no ver cómo conduce Jean Paul o como hacemos un sándwich a un pobre ciclista en el momento en que un camión decide adelantarnos a ambos.
El paisaje que verás cambia poco. Puro Sahel. Más cerca de la capital es más desértico, y a medida que nos acerquemos a Saint Joseph va siendo más verde. La tierra también irá adquiriendo un tono más rojizo conforme avancemos. Ni una montaña, eso sí. Con lo que a ti te gustan.
Verás niños bajo árboles de mango, puestos de comida en la carretera, poco coche, bastante moto, alguna bici y mucha gente andando en los márgenes de la carretera. Construcciones de ladrillo de adobe con techos hechos con ramas y paja. Camellos en los primeros kilómetros, cabras siempre, muchas gallinas, algunos cebúes y cerdos comiendo de la basura. Porque verás muuucha basura, papá. Plásticos y papeles por todos los lados, a ambos lados de la carretera o formando montañitas que acabarán por quemarse.
Suficiente dosis para hoy.
Además necesito que estés pendiente de mamá, que la he visto muy tristoncilla esta mañana. Dale la mano, métete en sus sueños para que reviva alguno de los momentos en que hacías reír a todo el personal. Ponte el pañuelo encima de la cabeza y susúrrale al oído que todo va a ir bien.
Hasta mañana, papi. Te quiero.