Bébédjia, a 1 de marzo de 2023
Toca despedirse.
También toca rellenar los frascos que fabriqué en su día para poder guardar todo aquello que no quiero olvidar, todo lo que me ha hecho feliz. En las pequeñas botellas guardo imágenes, sensaciones, olores y emociones vividas y las abro cuando deseo trasladarme a esos momentos tan especiales, a esos lugares en los que me habría quedado horas, quieta, ensimismada.
No quiero olvidar a Chanceline, Mbay, Charlene, Fatme, Esperance, Ali o Mariam.
Quiero guardar a Martin en el mismo botecito en el que en su día guardé a Emmanuel y a Survi. ¡Cuánto amor hay en este frasco!
Añado a Guadalupe, Mabel, Erika, Cris, Soco, Susan y Alfonsina en el frasco que contiene a las misioneras a las que quiero desde hace años. La pauta de administración se mantendrá sin cambios: abrir e inhalar cada vez que piense que mi día a día es duro o cuando la tibieza contamine mi fe.
Un año más, he conseguido que venga Marie con su tía Irene para despedirme de ella. Hace 3 días que no comen ni ella ni sus primos hermanos (convertidos en hermanastros cuando falleció mi amiga y preciosa mamá, Blanchie). Su mirada sigue triste, aunque he conseguido ver un esbozo de sonrisa cuando ha visto la bolsita de chupachuses y galletas que le había preparado. La ayuda para que salgan al paso poco durará. Su tío (padre en la actualidad) sigue sin encontrar trabajo. Insisto en que entren en el programa de Estudiar en Chad. He regalado a la pequeña de vientre hinchado cuarto y mitad de mebendazol y una camiseta que le utilizará de vestido durante mucho tiempo. A cambio me la llevo en el botecito donde está su madre, Blanchie.
En el frasco destinado a los Discapacitados de Mbikou, he añadido a dos más: Mbay y Bernardin. Todos para dentro. Compartiré su esencia con sus generosos padrinos.
Ojo, que dejo hueco porque, al parecer, conoceremos en breve tres incorporaciones de último minuto.
El bote de los huérfanos apadrinados gracias al proyecto “estudiar en Chad” es cada vez más grande, más ruidoso, más colorido. A través de su cristal se puede ver mucha sonrisa, mejores notas, retales del curso de costura, archivos Word del de informática, niños mejor nutridos. Se ve también a “Jeanpolito”, al que ha habido que escolarizar en el kinder porque toooodos los días se venía desde bien lejos andando porque no quería pasarse de nuevo el día solo. El grupo de adolescentes está cada vez más bonito (y bobo, que el pavo es algo universal). Sin embargo, a la que más se ve brillar a través del vidrio es a mi debilidad, Marie Claire. Una parte generosa de este frasco lo ocupa el grito de alegría y la carrerita que se pegó al verme entrar en su internado. Eso, y el abrazo sincero, prolongado, sentido, caluroso, apretado que nos dimos.
A los alumnos de San Kisito de Bebotó también los incluyo aquí.
¡Cómo me gusta este bote!
La esencia de este la inhalaré cuando esté de bajón. Cuando esté contenta, también.
Sigue en el bote de los sabores nuestra cocinera Jeannette y sus sabrosos platos. El aguacate, la lechuga, la cebolla, la berenjena, la pizza de cabra y la mousaka con bechamel hecha con leche en polvo Nido. Aquí han entrado pisando fuerte Sor Guadalupe con su pozole y Sor Chaíto con su capitán.
En el bote de flora y fauna me guardo el olor ajazminado de unas flores de las falsas acacias, los majestuosos mangos con sus frutos, los árboles de karité y neré , los árboles de flores naranjas, las buganvillas, la flor del desierto, las estrellas que brillan más que en casa, la luna que crece de abajo a arriba, los termiteros con forma de champiñón de Bebotó, el lagarto que vivía en mi ventana y el sonido de las aves nocturnas.
Me guardo los momentos de risas y los más tristes y bajos.
El color azul de Saint Joseph. Mis compañeros. Mis amigos.
Hoy acaba la misión de febrero 2023 en Saint Joseph.
Nos espera el espeluznante viaje de vuelta (aunque Javo siga queriendo “romantizarlo”, la llegada al centro de acogida (lugar donde la ducha fría al menos lleva presión y donde das al interruptor y la luz se enciende a cualquier hora.
Intentaremos vernos con los 2 españoles que andan en Njamena y la madrugada del viernes al sábado nos enfrentaremos a los tediosos trámites del aeropuerto.
Volaremos de noche y, si Dios quiere, llegaremos a nuestra burbuja de amor y de confort el sábado por la mañana.
Y, como cada año, muchas gracias a todos los que habéis querido abrir los ojos y el corazón este mes. Los que me habéis acompañado para compartir el dolor, la enfermedad y la muerte, la injusticia y también la belleza de esta parte del mundo.
A todos a los que os entristece el sufrimiento ajeno y os enoja la injusticia. A vosotros, qué soñáis con un mundo mejor, más equitativo y solidario.
Nos vemos en la web www.enganchados.org, en nuestro perfil de Instagram @enganchados_oficial, en facebook (Enganchados ONG) o en Twitter @eCHADnosunamano.
Merci. Oi djo. شكرا لك.
À tout! Beré!