Domingo, 13 Febrero 2022 09:15

El mes de la gloria

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Bébédjia, a 8 de febrero de 2022

El mes de la gloria

Así llama mi hijo Juan al mes que me marcho a Africa. Se libra de la que él considera “la mujer más pesada del mundo”.
Él realidad creo que yo descanso más que él ;)
Me dice que el mes se le hace corto. Y no le falta razón. Siempre se queda corto.

Es fácil olvidarse de las necesidades de otra persona si uno no se pone en su lugar, si no lo conoce bien.
No se trata de venir con el convencimiento de que tu manera de trabajar es la mejor, de intentar imponer tus cambios para que ellos se den cuenta de que lo que hacían hasta ese momento estaba mal pero que, gracias a Dios, han llegado los nazaras a abrirles los ojos.
No. No es eso.

Aunque a Juanito se le pasa el mes en un abrir y cerrar los ojos, a muchos les parecen nuestras misiones demasiado largas. ¡Un mes! ¡Y cada año!
Parece mucho pero no sobra ni un minuto de nuestra estancia.

Debes que pasar visita con ellos para conocer las patologías más frecuentes, darte cuenta de que falta personal o detectar dificultades de manejo de determinadas enfermedades (lo que facilita la elección de temas para las sesiones generales). Es el momento también de la formación practica, a pie de cama, donde muchas veces el que aprendes eres tú. Y, sobretodo, es el rato en el que aprendes a aceptar que los familiares se nieguen a que el enfermo consuma más tiempo y dinero y que quieran llevárselo a la aldea a morir. Eso hay que vivirlo y asumirlo. No hay otra.

Tienes que haberte hecho cargo de un paciente, haberle pedido pruebas (para comprobar que lo que pides no se puede realizar en el laboratorio o que si se puede pero desde hace más de un año no hay reactivos), y haber prescrito tratamientos (y escuchar la temida frase: “en rupture depuis…” ).

Es importante que hayas estado en las distintas áreas del hospital en diferentes momentos para comprobar cuándo hay luz y cuándo se apaga..

Debes haber dedicado tiempo charlar con tus compañeros de distintos servicios para poder conocer sus inquietudes y necesidades, sus problemas y sus sueños.

Y al menos haber intentado mezclarte con la gente de la calle y hablar largo y tendido con misioneras que llevan años aquí para conocer y entender sus creencias y su cultura para después, integrando todo lo vivido, lo luchado y lo aprendido, poder dialogar y, con humildad y respeto, ofrecer tu apoyo para lograr un objetivo previamente consensuado.

Y ese trabajo de campo no se puede hacer en dos semanas, ni siquiera en una sola misión. Por eso venimos el mayor tiempo posible y por eso repetimos. Y eso lo podemos hacer porque el hospital donde trabajamos en Madrid nos lo permite (y nos lo facilita) y porque el ayuntamiento al que pertenece nos apoya. Bueno…y también porque hemos casado bien :)

La reunión con la dirección de Saint Joseph ha sido muy agradable y fructífera. Nos hemos sentido familia.
Cuentan con nosotros para seguir mejorando la atención sanitaria de los pacientes del distrito (aunque la verdad es que vienen de todos los rincones de Chad) y nos agradecen , de corazón, nuestro apoyo. Y con ese motor estamos deseando volver para arrancar nuevos proyectos y para volver a la carga, que el COVID nos ha dejado alelaos.

El mes de la gloria va llegando a su fin y, aunque haya días en que hemos podido aportar (y mucho) y otros que borraríamos del cerebro, creo que el balance es absolutamente positivo.

En breve…¡a por los 11 meses de furia Chadiana en España!

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