Bonjour desde Bebedjia!!!
Quería compartir con vosotros una primera reflexión en este cuarto viaje a nuestro Hospital St Joseph, después de una ausencia de 2 años por nuestro siempre presente COVID-19.
Lo que me he encontrado es un hospital que funciona de forma autónoma con una calidad asistencial de altísima calidad, a años luz del hospital del distrito gracias a los medios técnicos y humanos de los que dispone.... Y de eso somos en gran parte responsables cada uno de los ENGANCHADOS.
Estoy en un hospital con 3 médicos chadianos además de soeur Elisabeth ; el personal de enfermería se mantiene, son cada vez más expertos y mantienen una gran motivación; el banco de sangre es un referente en toda la zona; el quirófano atrae pacientes desde todos los extremos del país; el laboratorio hace hemograma, bioquímica y diagnóstico microbiológico; tenemos aparato de radiología; cada unidad dispone de una sala de vigilancia intensiva con oxígeno y pulsioximetros.... Es muy emocionante ver cómo hemos mejorado, el fruto de nuestro esfuerzo, nuestra ilusión y gran profesionalidad. GRACIAS A TOD@S !!!! Yo tengo la suerte de estar hoy aquí, pero esto es mérito de cada uno de los engachados.
ENGANCHADOS ha contratado este año a 2 médicos y 8 enfermeras. Mantenemos el banco de sangre, el proyecto de malnutrición y la reanimación postquirúrgica. Tenemos un proyecto de malaria congénita en la maternidad y otro de tuberculosis en la medicina interna. Paula ha conseguido 12 horas de electricidad y va a por las 24. Aparte cada tres meses esperan el material sanitario, la medicación, nuestro trabajo y nuestro cariño ...
Durante los periodos que paso aquí acostumbro a pasar cada mañana visita en la maternidad y la pediatría y vuelvo a pasar nuevamente cada tarde-noche a ver si puedo echar una mano o simplemente a saludar. Este año he notado una gran diferencia en mis visitas nocturnas cuando recorro ese eterno pasillo de la pediatría: ya no tengo esa ansiedad de antaño por encontrarme niños en estado terminal o directamente fallecidos, ya no. Ya no siento esa impotencia de no poder hacer nada por ellos, ya no. Actualmente tenemos ingresados 70 niños, la mayoría con malaria grave y malnutrición severa y ESTE AÑO NO HA FALLECIDO NINGUNO. La experiencia de nuestro personal y su dedicación, junto a la aplicación de los protocolos de UNICEF hacen que la mortalidad haya bajado muchísimo, que cada día sea menos normal que fallezca un niño y que recorrer ese pasillo sea un camino mucho más corto para mí.
Besos desde Bebedjia, Longone Oriental, République du Tchad.